En nuestra necesidad de saber algo hemos optado por analizar el objeto que despierta nuestra curiosidad, y eso no es reprochable. Reprochable es el querer destruir y maltratar aquello con tal de satisfacer nuestra sed de saber, pues intentamos de esta forma ser dueños de aquel conocimiento. Si bien científicamente es a veces necesario este tipo de procedimientos, no se debe renunciar por nada al saber en su realidad, y esta realidad implica observar y comprender el objeto estudiado tal y como es, es decir, sin la intervención humana, sin destruiro ni alterarlo. Este tipo de investigación debería ser mucho mayor en número a la investigación de tipo destructivo, pues la última es un egoísmo del ser humano de querer saber algo rápidamente y sin respeto al objeto estudiado. Además es una muestra de ignorancia y de falta de imaginación, pues siempre existen otros métodos que no inquieren la destrucción del objeto que estudiamos. El estudio intrínsico y extrínsico llevaría a un mejor desarr...