El corazón es dueño de sí mismo

Muchas veces pasa que uno siente algo por algo o alguien, y este sentimiento es tan fuerte, que uno puede quedar muy sorprendido. Por más falta de lógica en el asunto, no se encuentra una verdadera razón a este sentir. Seguramente hay una, pero es tan complejo lo que nos pasa por la cabeza, contando los recuerdos, vivencias, gustos, y formas de ver las cosas, que comprenderlo está casi fuera de nuestro alcance. Simplemente queda el instinto, y ese instinto nos dice que necesitamos de aquella persona, o que necesitames hacer aquello por nuestro bien, para nuestro desarrollo. Y otras de las cosas que pasan muy seguido, es que mucha gente aprende a no sentir y a no ver estos sentimientos. Los confunde, y ya no son lo que en realidad quieren. Ahora sólo son cosas que se escucharon, que los otros le dijeron que sería bueno. Actitudes y sueños que se ven en la televisión, o que se lee en un libro, o que la familia trata de infundir hasta que queda impregnada en el alma. Pero todo esto no lleva más que a la desdicha de nuestra felicidad, pues al buscar cosas, creyendo que son las cosas que necesitamos para nosotros y dejando lugares o personas valiosas, perdemos verdaderamente lo que nuestro corazón siente. Pero en algún momento llega la cura, y es algo tan fuerte que te dislumbra, y te hace ver todo diferente. Te limpia el alma y hace latir más fuerte el corazón. Este sentimiento único puede lograr recuperar el ser humano puro y con deseos profundos y verdaderos, simplemente hay que hacerle caso, y no ignorarlo. Hay que luchar por aquello, abriéndo el corazón, sin temor a sufrir.

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